Gazpacho de fresas con aceite de oliva virgen extra

Cuando el calor aprieta, no hay nada como un gazpacho fresco y lleno de sabor. En esta versión, las fresas aportan un toque afrutado y ligeramente ácido que contrasta maravillosamente con el dulzor del tomate y la intensidad del aceite de oliva virgen extra. Una receta perfecta para sorprender en verano, nutritiva, refrescante y lista en pocos minutos.

🥄 Ingredientes (para 4 personas)

• 500 g de tomates maduros

• 200 g de fresas

• 1/2 pepino

• 1/4 de cebolla

• 1 pimiento rojo

• 1 diente de ajo

• 2 cucharadas de vinagre de vino blanco o de Jerez

• 50 ml de aceite de oliva virgen extra

• Sal al gusto

• Agua fría (opcional, para ajustar la textura)

  
  

🥣 Preparación

1. Prepara los ingredientes. Lava bien los tomates, las fresas, el pimiento y el pepino. Pela el pepino y la cebolla. Corta todo en trozos grandes para facilitar el triturado.

2. Tritura. Coloca en una batidora los tomates, fresas, pepino, pimiento, cebolla y el diente de ajo (puedes quitar el germen si quieres un sabor más suave). Añade el vinagre y una pizca de sal. Tritura durante 2-3 minutos hasta obtener una mezcla homogénea.

3. Añade el aceite de oliva virgen extra. Sin dejar de batir, incorpora el AOVE poco a poco para que emulsione. Esto no solo mejora la textura, sino que potencia el sabor y da al gazpacho ese toque sedoso característico.

4. Ajusta la textura. Si lo prefieres más ligero, añade un poco de agua fría. Prueba y corrige de sal o vinagre si es necesario.

5. Enfría. Guarda en la nevera al menos una hora antes de servir. El gazpacho se disfruta mejor bien frío.

   
   

🍓 Sugerencia de presentación

Sirve en cuencos pequeños o vasos de cristal. Puedes decorar con unas gotas adicionales de aceite de oliva virgen extra por encima, unas hojas de albahaca o menta fresca, y trocitos de fresa para un toque visual atractivo.

🌿 El aceite de oliva: el alma del gazpacho

En esta receta, el aceite de oliva virgen extra no es un ingrediente más: es el hilo conductor que une y realza todos los sabores. Escoge un AOVE de perfil frutado medio o suave, como un aceite de arbequina, con notas herbáceas o almendradas, que armonicen con la dulzura de las fresas sin enmascarar su frescor.